martes, junio 26, 2007

La Llave del Cofre


Después de todo este tiempo, con lo que se ve y se escucha, los llamados a la revelión, los falsos personajes que aparecen por la tele, mostrandose ser nuestros salvadores, sólo puedo pensar en algo... "Colgarlos de una antena".

José de Espronceda - La canción del pirata

Con diez cañones por banda,
viento en popa a toda vela,
no corta el mar, sino vuela,
un velero bergantín;

bajel pirata que llaman
por su bravura el Temido
en todo el mar conocido
del uno al otro confín.

Navega, velero mío,
sin temor
que ni enemigo navío,
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.


Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad;
mi ley, la fuerza y el viento;
mi única patria, la mar
.

Allá muevan feroz guerra
ciegos reyes por un palmo más de tierra,
que yo tengo aquí por mío
cuanto abarca el mar bravío
a quien nadie impuso leyes.

Este es un resumen de lo más interesantes de la canción del pirtata, y aquí viene la segunda parte:

A la voz de ¡barco viene!,
es de ver
cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar:
que yo soy el rey del mar
y mi furia es de temer.

En las presas yo divido
lo cogido por igual:
sólo quiero por riqueza
la belleza sin rival.

¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río:
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena
colgaré de alguna antena
quizá en su propio navío.

Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di

cuando el yugo del esclavo
como un bravo sacudí.

Son mi música mejor
aquilones,
el estrépito y temblor
de los cables sacudidos
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.

Y del trueno
al son violento,
y del viento,
al rebramar,
yo me duermo
sosegado,
arrullado
por el mar.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad;
mi ley, la fuerza y el viento;
mi única patria, la mar.

Piratas, eso es lo que deberíamos ser, seguir nuestras reglas nuestros porvenires, y morir, morir por haber vivido tanto, amar, por amar a la tierra de nadie y de todos al indomable mar...

con esto quiero decir, que se pudrán todos los politicos (oficialismo, oposición, maleantes antiguos, maleantes nuevos, coordinadora de la demo-burocracia, prefectos, comites cínicos, juntas vecinales, ful, centros de estudiantes, asambleistas), militares, policias, iglesia, sólo necesitamos un navío, que puede ser nuestra mente, y un mar que es el de la cultura, y nuestras propias reglas.

Seguid a vuestras esperanzas, arancad vuestros corazones y cortad la cabeza a todos los que les dan órdenes, sed vuestros porpios capitanes y naveguen sin rumbo fijo